Packaging

¿Comprarías un vino caro en un brick de cartón? Tu producto está pasando continuamente un proceso de selección y el packaging es el envoltorio que le pones para que salga al mundo a obtener éxito.

Si el producto que se quiere vender es importante, no lo es menos la manera de presentarlo, el envase o el embalaje. Eso es el packaging. Y tiene una enorme capacidad de influir en la compra de un producto, por lo que es vital poner atención tanto al diseño gráfico, como al propio diseño de la estructura.

Un buen packaging tiene hacer destacar a tu marca y a tu producto. Sirve para presentarlo, hablar de él, informar sobre él y también para atraer, en definitiva, para vender. Es, por tanto, parte esencial de la identidad visual de tu empresa o negocio.

El packaging envuelve todo tipo de productos, puede consistir en cajas de gran formato hasta cajitas para joyería, bolsas comerciales, fajas para envases, blisters, etiquetas para envases alimentarios como conservas o vinos… sea cual sea tu producto, es preciso presentarlo con el mejor diseño de embalaje.

En un momento en el que la oferta en cualquier sector económico es tan amplia, conseguir el reconocimiento y fidelización de una marca a través de su packaging se hace imprescindible.

Es un buen diseño si funciona

“El diseño no es solo lo que se ve o lo que se siente. El diseño es cómo funciona”.

Esta frase de Steve Jobs ilustra a la perfección una idea primordial, el diseño no es únicamente algo que funciona estéticamente, ha de cumplir su propósito y, si es posible, innovar.

El packaging, debe ser atractivo, pero también funcional. Además de presentar tu producto, sirve para protegerlo, facilitar su transporte y almacenarlo. Debe atender a las necesidades estructurales, a la naturaleza del producto y estar adaptado en cuanto a materiales, composición, sistema de impresión, peso, dimensiones, conservación…

De nada sirve diseñar una caja sin cuidar la imagen que se quiere mostrar, pero del mismo modo de nada sirve no tener en cuenta lo que va a transportar, para escoger los materiales adecuados.

Un buen packaging tiene hacer destacar a tu marca y a tu producto. Sirve para presentarlo, hablar de él, informar sobre él y también para atraer, en definitiva, para vender. Es, por tanto, parte esencial de la identidad visual de tu empresa o negocio.

El packaging envuelve todo tipo de productos, puede consistir en cajas de gran formato hasta cajitas para joyería, bolsas comerciales, fajas para envases, blisters, etiquetas para envases alimentarios como conservas o vinos… sea cual sea tu producto, es preciso presentarlo con el mejor diseño de embalaje.

En un momento en el que la oferta en cualquier sector económico es tan amplia, conseguir el reconocimiento y fidelización de una marca a través de su packaging se hace imprescindible.

Es un buen diseño si funciona

“El diseño no es solo lo que se ve o lo que se siente. El diseño es cómo funciona”.

Esta frase de Steve Jobs ilustra a la perfección una idea primordial, el diseño no es únicamente algo que funciona estéticamente, ha de cumplir su propósito y, si es posible, innovar.

El packaging, debe ser atractivo, pero también funcional. Además de presentar tu producto, sirve para protegerlo, facilitar su transporte y almacenarlo. Debe atender a las necesidades estructurales, a la naturaleza del producto y estar adaptado en cuanto a materiales, composición, sistema de impresión, peso, dimensiones, conservación…

De nada sirve diseñar una caja sin cuidar la imagen que se quiere mostrar, pero del mismo modo de nada sirve no tener en cuenta lo que va a transportar, para escoger los materiales adecuados.

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